miércoles, 29 de agosto de 2007

Santiago de Compostela

El camino ha empezado temprano. Como nos habíamos prometido, a eso de las 4 de la mañana hemos empezado el último tramo del trayecto hasta Santiago Luis, mis dos badaloninas y un servidor. El resto ha quedado durmiendo para probar eso de recoger a la gente en vez de esperar. Caminar de noche es jodío, sobre todo entre bosques de maleza y arboles gigantes, que se atrapan entre sí para formar un túnel del que no se ve el final. Si a esto le añadimos la lluvia, los relámpagos, la luna llena oculta por la niebla y un estepeño tirando piedras desde atrás a la maleza para asustar a las niñas, nos da la combinación perfecta para una última noche de peregrinación, teniendo en cuenta que no se podía correr ya que a esas horas todos los bares están cerrados (reclamación aquí patente para los organizadores del camino) y por lo tanto no nos podíamos dopar con el estomago vacio.
A eso de las 8 nos paramos en el primer bar que encontramos abierto, con el cansancio acumulado de los casi 45 kms que llevábamos encima, sin dormir y con la cojera de Mónica y la mía in crescendo.
El mariquita de Roy nos alcanzo ya en este bar. El jodío nos adelanto 1 hora y media en 10 kms, mucho ojo con este chico que va a dar que hablar en la próxima maratón de Venecia. Tras desayunar y echar una cabezadita de 3 minutos nos pusimos a andar y en breve nos alcanzo el resto del grupo, guiados por la increíble Evy que los traía a todos con la lengua fuera por la carrera a través del bosque, eso sí, con tiempo para que todas se pusieran guapísimas con sus adornos florales para la presentación ante el apóstol.
En 1 horita nos pusimos en monte de gozo, para echarnos una foto de grupo ante el monumento al peregrino y salir pitando pues la misa empezaba en 1 hora y había que atravesar Santiago. Santiago es pequeña, eso dicen, pero siendo así y creo que las flechas hacen darle 2 vueltas para ver la ciudad porque nos costó la misma vida llegar. Entre la tensión, somnolencia, que los bastones no agarran igual en calles asfaltadas que en ciudad, que llevaba 55 kms andados en 24 horas y que los ibuprofenos no llegaron a hacer el efecto adecuado estuve a punto de abandonar y quedarme en plaza Galicia y ya otro año lo terminaría; pero ahí estaban mis amigos para hacer que todos, incluida la pobre de Mónica que iba sufriendo como ella sola, y viendo el ejemplo de la gran Marichu que con todo lo que la pobre lleva en los pies corría como si los tuviera nuevos llegáramos a la plaza del Obradoiro.
Supongo que mucha gente habrá visitado Santiago, esta plaza, y se habrá puesto ante la catedral, pero la sensación que se queda es, para mí, imposible de describir.
Ena, Evy, Eva, Mónica, Laura, Marichu, Cesar, Roy, Luis y yo, todos estábamos allí.
Nos abrazamos, besamos, algunos, los que aun tenían fuerzas, incluso lloraron... Lo hemos conseguido, hemos llegado a la casa del Apóstol.
Corriendo pues era justo las 12 y cerraban entramos en la catedral, y nos tiramos rendidos en el suelo a escuchar la misa y como nombraban a todos los peregrinos que ya habían recogido su Compostela. Como nosotros no habíamos tenido tiempo de pasar por la oficina, nos conformamos con nombrarnos entre nosotros. De la misa no puedo hablar mucho porque prácticamente ni la oí, pero si puedo decir que la catedral de Santiago es majestuosa, increíble, y tiene un olor particular que en ninguna otra catedral antes había percibido. Dicen que ese olor es debido a la alegría y multitud de sensaciones que muestran los peregrinos cuando entran aquí, y que de alguna forma se tiene que expresar. A mí me olía a pies y a sobacos, y creo que al obispo que estaba en la iglesia también, porque aunque no se estila últimamente, cogieron el botafumeiro y lo lanzaron al viento para embriagar de olor a incienso al visitante.
Cuando todo acabo fuimos a darle un coscorrón por la espalda al apóstol, al mismo que nos había traído hasta aquí y de paso contarle que el camino ha cambiado mucho desde que él lo hizo y que por suerte habían abierto algunos bares con cervecita fresquita, aunque también podía haber peregrinao desde más cerca.
Cuando salimos de la catedral fuimos a recoger la Compostela, papel escrito en latín en el que una niña pone tu nombre acabado en M (supuestamente eso lo convierte en latín) y que certifica que "semos peregrinos". Aparte nos inscribe en el hall of fame, en el que desde hoy hay un estepeño nuevo.
Tras haber cumplido con todos los protocolos, nos encontramos con nuestros amigos los senescales, Paco y Javi, que ya llevaban 1 día aquí y nos confirmaron, que nuestro desaparecido Oki había llegado a Santiago con ellos continuado para Finisterre andando. Ya sabes, si quieres llegar a los 70 con la fuerza del oso y la inteligencia del lobo, échate una okisiesta todos los días de 14 horas. En el futuro lo agradecerás.
Allí en la plaza de la platería hay mucha gente ofreciendo albergues de ciudad para peregrinos muy baratitos así que nos fuimos a uno de ellos donde nos repartimos como pudimos, cosa que daba bastante igual pues no teníamos ningún pensamiento de dormir esta noche.
Nos duchamos tan rápido como pudimos y nos fuimos a buscar un restaurante bueno donde comer. Como no encontramos ninguno abierto, pues eran las 16, fuimos a una bocadillería, donde nos atendió la única camarera simpática de los últimos 200 kms. La chiquita no es que fuera muy espabilada, eso sin lo intentaba, y por lo menos aparte de darnos de comer nos hizo reír un rato. Amigos del gremio de la hostelería, un consejo, si echas una jarra de cerveza de medio litro con 3 dedos de espuma y el cliente te pide que le dejes solo dos, por favor no tires la jarra al fregadero y vuelvas a llenarla desde 0, pues hay otras formas de solucionar el desaguisado. Tras esto nos separamos para unos ir a dormir, otros de compras de ropa, otros a buscar billetes y Luis y yo a tomarnos una copita con Eva y nuestra gran Arantxa (papis de Arantxa, os confirmo que no tiene infección de uña, es solo tendinitis, es que yo con esto de las enfermedades me pierdo y no tenia intención de preocuparos) con Javi y Juani, que habían llegado de Huelva a compartir unos diitas con ellas.
Después de echar allí un ratito apañado, nos volvimos a juntar todos para irnos a cenar. Por el camino nos encontramos con nuestros amigos italianos que se unieron a la fiesta. A cenar fuimos a el Pasaje, un restaurante recomendado que está cerca de la calle de franco y en el cual se portaron con nosotros bastante bien. Tanto la presentación, la atención, como por supuesto las viandas que nos ofrecieron fueron de nota, y todo ellos por algo menos de 600 euros. Así se cuidan los peregrinos.
Con el estomago a tope, y algo cansados aun, acompañe a Mónica y Marichu a dormir y el resto decidimos ir a tomarnos una copilla para animarnos un poco, y se lio la mundial. La cosa empezó tranquilita, o incluso medio aburrida, con algo de bachata, salsa, y alguna que otra copilla suelta, el dj se dio cuenta que aquello iba a ser una noche peregrina y cambio de tercio.
Alemanes, italianos, españoles todo el mundo bailando, saltando, divirtiéndose, disfrutando.. Se pudo ver cosas como una baile del Macarena internacionale, unas sevillanas italoespañolas o españoalemanas, y más besos, abrazos y alegría ante todo.
Creo que basta decir que La Conga, que era el local, cerraba a las 3,30 y estuvo abierto para nosotros hasta cerca de las 6.
De allí ya nos marchamos, aun con ganas de más, y unas compostelanas nos llevaron hasta otro local que estaba medio vacío y llenamos. Aquí la historia continuo igual, mas jaleo, cachondeo y con la única diferencia de que aquí ya había alguna cara italiana un poquito ebria, verdad Simona? ;) jeje
Sobre las 7 ya nos marchamos cada grupo para su "albergue" y sin saber cómo, ni donde, ni con quien, nos echamos a dormir..la.

Quedan 0 kms.. Estamos en Santiago. Felicidades a todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tío eres un mamón, así que eras tú? Y nosotras pensando que eran las meigas y la magia del camino. Ya te vale. Que sepas que laura se ha puesto a llorar al enterarse. Pero tío jodio, te estarías descojonando por dentro al escuchar los gritos de terror. Si querías un achuchón no hacia falta que nos hubieras asustado de ese modo, con haberlo pedido era suficiente...nosotras encantadas. Muakkis. Mònica.

Chema Prados dijo...

Tanto hablar de las brujas de blair, habia que darle un poquito de ambientillo a la noche, y vaya si lo tuvo jeje.
Pero ojo, que Laura me pillo 2 veces cogiendo piedras del suelo pero si la pobre no se entera de na tampoco es culpa mia...
Besiiitos